Pide a creyentes que hablen acerca de su salvaci n, y notar s que la mayor a lo har con alegr a. Tales conversaciones usualmente se refieren a uno de dos temas:
#1. Ellos hablar n acerca de la persona que los llevo a Cristo o mencionar n la fecha o lugar donde el milagro del nuevo nacimiento ocurri . Muchas veces hablar n con entusiasmo de un pastor, misionero, amigo o maestro de la escuela dominical que tom la importancia y el tiempo suficiente para presentar las buenas nuevas del Evangelio a ellos. En muchas ocasiones, los creyentes tambi n se refieren al lugar donde ellos experimentaron la gracia de Dios para salvaci n. Ser a justo decir que para la gente las circunstancias en las que fueron salvos tienen un papel muy importante.
#2. Para otros ser f cil recordar como reaccionaron al o r el Evangelio o como se sintieron inmediatamente despu s de aceptar a Cristo como Salvador. Los sentimientos m s comunes son: la convicci n de pecado, amor a Jes s, alivio que su destino eterno ahora es el cielo en lugar que el Infierno, o l grimas de alegr a. Para este tipo de personas, las emociones o sentimientos durante su salvaci n son muy importantes.

Preg ntale a esas mismas personas que definan la palabra "propiciaci n," y muy pocos tienen alguna idea de lo que significa. Puede ser que recuerden haber o do la palabra en un serm n, pero no pueden explicar su significado. Preg ntale a esta misma gente sobre la justificaci n, el sello, la glorificaci n, la redenci n, o cualquier otra palabra b blica importante, y su reacci n ser similar. Francamente, ellos tienen poco conocimiento sobre su salvaci n. En este punto har amos bien en hacer unas preguntas simples. Debemos confiar principalmente en circunstancias y emociones para explicarle a otros y a nosotros mismos lo que sucedi cuando fuimos salvos? Son estas cosas confiables? Cuando hacemos esto, no estamos en alguna manera tratando de interpretar verdades b blicas con emociones o circunstancias en vez de interpretar las emociones o circunstancias con verdades b blicas? Despu s de haber reflexionado sobre estas preguntas, debemos extraer tres conclusiones simples: #1. La Biblia es nuestra nica fuente fiable de informaci n; es inspirada por el Esp ritu Santo, infalible en todos los temas, y tiene autoridad. Al referirnos a su "autoridad" queremos decir que es la nica fuente que podemos usar para determinar qu hacer, que ser y que creer. Otras fuentes tienen sus limitaciones porque son basadas en mero conocimiento humano y opiniones. Hay muchas referencias b blicas que pueden ser dadas aqu , pero los siguientes versos demuestran este punto: Tenemos tambi n la palabra prof tica m s segura, a la cual hac is bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el d a esclarezca y el lucero de la ma ana salga en vuestros corazones; entendiendo primero esto, que ninguna profec a de la Escritura es de interpretaci n privada, porque nunca la profec a fue tra da por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Esp ritu Santo (2 Pedro 1:19-21).
#2. Las emociones son muy cambiantes. Un predicador muy conocido, ya con el Se or, dec a algo as "Me alegro que mi salvaci n no depende de mis emociones, porque no siento que soy salvo hasta tomar una taza de caf en la ma ana." Aparentemente ese caf le ayudaba a "sentirse" salvo, pero estar de acuerdo que el caf no sustituye a la sangre de Cristo
#3. La manera que cada persona interpreta las circunstancias es muy diferente. Por ejemplo, escucha a los analistas de noticias y notar s que los comentaristas est n de acuerdo en los puntos b sicos, pero cada uno llega a conclusiones completamente diferentes de acuerdo a la importancia que los eventos tengan nacional o internacionalmente en el rea de cada uno. Las opin