Algunas cosas no sucederán hasta que abras tu boca. Tu voz tiene el poder de traer el cielo a la tierra. Dios ha dado a los creyentes la capacidad de hablar como Él habló, haciendo que las cosas que no eran, sean. La voz del creyente arranca, desarraiga, derriba, destruye, construye y planta (Jeremías 1:10). Cuando hablamos de acuerdo al Espíritu de Dios, nuestras voces traen el cielo a la tierra. Cuando abrimos nuestras bocas, el cielo está hablando. Cuando profetizamos, el cielo está hablando. Cuando hablamos por el Espíritu de Dios, el cielo está hablando. No importa cuánto parezca que el infierno está furioso, cuando abrimos nuestras bocas y hablamos la Palabra de Dios, el cielo viene.
En "Activar el Cielo", John Eckhardt te muestra cómo usar tu voz para avanzar en la agenda de Dios en la tierra y te equipa para resistir todo lo que el enemigo usa para silenciar tu voz, desde la depresión y la confusión hasta la enfermedad, el dolor y el rechazo. El enemigo no desearía nada más que silenciar a la iglesia. Pero cuando abrimos nuestras bocas, los enfermos son sanados, los demonios huyen, se liberan milagros y finanzas, lo que resulta en situaciones revertidas. Hablar la voluntad de Dios, expresar lo que está en el cielo, es la esencia de lo profético. Por lo tanto, es hora de dejar de quejarse y comenzar a profetizar. Es hora de dejar de hablar de lo mal que están las cosas y empezar a abrir nuestras bocas y declarar que cuando hablamos, el cielo viene.